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Mejorar las cifras del desempleo juvenil, ¿es posible?

¿Qué podemos hacer en España para mejorar las cifras de desempleo juvenil?

El desempleo juvenil es un problema cada vez más dramático en España y no parece que vaya a mejorar en los próximos meses. Se trata de una cuestión estructural que ha marcado en las últimas décadas la economía de España y de algunos países vecinos. En los últimos años, hasta 2019, las cifras de paro juvenil mejoraron de forma sensible, sin embargo, en 2020, la EPA muestra que la tasa de paro de los jóvenes de entre 20 y 24 años que han finalizado la segunda etapa de educación secundaria (como bachillerato) es del 33,44%. Esta cifra asciende al 43,13% en el caso de los que terminan la ESO y no continúan sus estudios. En el caso de los jóvenes que no han acabado la ESO, la tasa de paro se dispara hasta el 61,31%. El número de jóvenes menores de 25 años en paro subió en 109.600 personas en 2020, lo que supone un 23,7% más que en 2019, y la más alta de 2016 (42,9%). Situándose la cifra total de jóvenes en situación de desempleo en 572.400 al finalizar el año pasado.
Como todos los problemas económicos complejos, el desempleo juvenil se debe abordar con un enfoque estratégico, que abarque desde la creación de alianzas entre el tercer sector, las empresas y la administración pública, hasta la realización de cambios en el sistema educativo y el mercado laboral.
 

¿Por qué el paro afecta más a los jóvenes que a personas más mayores?

Una vez alguien nos preguntaba por qué el paro juvenil es más preocupante que el paro entre personas más mayores. Sin quitar gravedad a las cifras de parados de cualquier edad, lo cierto es que los jóvenes que no encuentran empleo no tienen la oportunidad de enfocar su vida, encontrar su sitio en el engranaje de la sociedad, luchar por sus proyectos o comenzar una familia.
Según los datos de 2019 que arrojaba un estudio de CCOO, uno de cada cuatro jóvenes en España (24.4%) no terminan la ESO. Como veíamos anteriormente, según datos de la EPA, una tasa de desempleo del 61.31% entre jóvenes que no han acabado la ESO significa básicamente que de cada 10 jóvenes menores de 25 años sin la ESO, 6 están en paro, sin esperanza de que la situación mejore porque no parece que se tomen las medidas adecuadas para solucionarlo.
La situación es desesperada porque nadie les da esa primera oportunidad. Además, en los casos en que estos jóvenes no han acabado la ESO, la dificultad de obtener un empleo se multiplica exponencialmente. Incluso cuando hablamos de contrataciones en puestos de baja cualificación, las empresas fijan unos filtros mínimos y el primero suele ser precisamente haber acabado la ESO, con lo que ya ese es el golpe definitivo y el fin de cualquier esperanza de obtener un empleo con un contrato y cotización a la Seguridad Social.
 

¿Cuáles pueden ser las causas del desempleo juvenil?

Se ha escrito mucho en España en los últimos años acerca de las causas del desempleo juvenil. Las rigideces del mercado laboral y las deficiencias del sistema educativo, así como la ineficacia de las políticas activas de empleo, no favorecen la inserción laboral de los jóvenes. Y esta situación se agrava con los jóvenes que no tienen estudios. Algunas de las causas de las altas tasas de paro juvenil que soportamos en España son:

  • Abandono escolar temprano. Pese a que en los últimos años se ha reducido de forma significativa el abandono escolar temprano, la tasa de abandono sigue siendo mucho más alta que las de otros países de nuestro entorno (16%). Está más que demostrado que existe una correlación positiva entre el abandono escolar y el desempleo juvenil.
  • Nivel de estudios. España es uno de los países de la OCDE con mayor porcentaje de universitarios, pero, a su vez, también es uno de los países donde existe un mayor porcentaje de jóvenes que abandonan los estudios en cuanto finaliza su educación obligatoria. Esto ha provocado que exista un desajuste entre la demanda de empleo cualificado y la oferta, y que jóvenes sobrecalificados con estudios universitarios trabajen en puestos que no requieren esa formación, lo que limita el acceso al mercado laboral de jóvenes con menos estudios.
  • Calidad de la educación. Para que la formación pueda combatir el desempleo se necesita que esté orientada, en conocimientos y habilidades, a las necesidades del mercado laboral. Sin embargo, los resultados del último informe PISA (2018) nos muestran que 1 de cada 5 estudiantes no es capaz de entender las ideas básicas de un texto. Esto provoca que los jóvenes que abandonan los estudios tengan serias limitaciones a la hora de preparar su curriculum, una carta de presentación, etc.

 

¿Qué hacen otras entidades para luchar contra el desempleo?

El SEPE logró una tasa de contratación del 2% en 2020. La cifra es igual a la de 2019, así que no se trata de una consecuencia de la pandemia.
Esto significa que sólo un 2% de asalariadosueron contratados en 2020 gracias a la intermediación de las oficinas públicas de empleo, un porcentaje que apenas ha variado en los últimos años.
Este dato se ve superado por el registrado por las empresas de trabajo temporal (ETT), cuya tasa de intermediación se situó en 2020 en el 3,5%, es decir, 1,5 puntos por encima de la registrada por el SEPE.
Esto provoca que sea necesario que otras entidades del tercer sector también estén haciendo de intermediarias con las empresas para mejorar la inserción laboral de los jóvenes.
 

¿Qué hacemos en la Fundación Iter para luchar contra el desempleo juvenil?

En 2019, las últimas cifras antes de la pandemia, el 91% de los jóvenes que acabaron el itinerario de inserción con nosotros, consiguieron un empleo.
En 2020, a pesar de la crisis del Covid conseguimos colocar al 57% de los jóvenes. Cifra de la que también nos sentimos muy orgullosos, porque con el año que tuvimos, lo consideramos una proeza.

Nuestra metodología

La metodología que nos ha llevado a conseguir estos resultados se fundamenta sobre:

  • Focalización: nos centramos única y exclusivamente en la inserción social por medio de un empleo de jóvenes de entre 18 y 24 años en riesgo de exclusión social.
  • Prospección constante de empresas. Para lograr la inserción sociolaboral de los jóvenes es necesario mantener una búsqueda activa de nuevas empresas que comprometidas con el futuro de nuestra sociedad y que estén dispuesta a dar una oportunidad laboral a nuestros beneficiarios. Esta tarea implica el compromiso y la constancia de empleados, voluntarios y patronos.
  • Seguimiento de la relación con las empresas con las que ya trabajamos. Para que los jóvenes puedan tener un futuro mejor es imprescindible que conozcamos a la perfección tanto las necesidades del mercado laboral como el encaje actual de nuestros jóvenes en las empresas que ya colaboran con nosotros. Por este motivo necesitamos conocer en todo momento el feedback de las empresas que nos ayudan.
  • Selección de los jóvenes más adecuados para cada empresa y posición. Esto requiere conocer muy bien a nuestros chicos: sus capacidades, sus aspiraciones y motivaciones. Es fundamental estar en contacto con ellos, acompañándolos en el proceso de búsqueda de empleo y mantener su motivación e ilusión.
  • Formar a nuestros chicos en aquellas capacidades que los hacen más empleables para las empresas. Estamos plenamente comprometidos con la meta 4 del ODS 4 Educación de calidad: tratamos de aumentar las competencias necesarias para acceder al empleo y eso solo es posible a través de la formación.
  • Capacidad de adaptación a las demandas del mercado laboral. Nuestro foco está y estará siempre en las personas, de forma que siempre trataremos de buscar un encaje en el mercado para cada uno de nuestros beneficiarios. Por este motivo, nos mantenemos al día con todos los cambios que se producen en el mercado laboral y así poder encontrar el mejor camino para nuestros chicos.
  • Orientación a objetivos y a la optimización de los recursos. Nuestros recursos vienen de particulares que confían en nuestro buen hacer, de empresas y de instituciones públicas con las que, en su mayoría, llevamos años colaborando. Tratar de aprovechar al máximo cada euro, cada hora de voluntarios y empleados es nuestra forma de agradecer esas ayudas y un ejercicio de honestidad. Que cada euro destinado a ayudar a nuestros jóvenes sea empleado en eso, en cambiar las vidas de estos jóvenes vulnerables. Esto es un constante reto para nosotros.

Nos sentimos orgullosos de nuestros logros, pero, sobre todo, nos sentimos orgullosos de cada uno de los chicos que llegan a nosotros en busca de ayuda. Nos sentimos orgullosos de sus ganas de luchar, de salir adelante a pesar de las situaciones dramáticas que han vivido o aún están viviendo. Con nuestra dedicación y su esfuerzo, estamos seguros de que lograrán tener un futuro mejor.
 

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