Nuevas oportunidades

Nueva era, nuevas oportunidades

El desarrollo tecnológico de los últimos tiempos está generando nuevas oportunidades para las generaciones más jóvenes

Si ponemos esto en el contexto real de España donde, a pesar de los avances que ha habido en el nivel de la educación en la última década, una parte sustancial de los jóvenes de entre 18 y 24 años han abandonado los estudios sin terminar la educación obligatoria (según indica el informe sobre “El Mercado de Trabajo de los Jóvenes” de la Fundación BBVA), podemos ver con carácter positivo la aparición de estas “nuevas profesiones”.

Ahora nos preguntamos, ¿Por qué podemos ver la aparición de nuevas profesiones como algo positivo ante un problema tan grave como la alta tasa de abandono escolar en España?

La respuesta es sencilla: Internet ha abierto un mundo de oportunidades mucho más accesibles que las profesiones tradicionales, principalmente para las nuevas generaciones, los conocidos como Millenials. Profesiones desconocidas para los que ya no pertenecemos a este segmento de población, pero con un futuro prometedor. Es el caso de diseñadores, programadores, bloggers, youtubers…

Y desde la Fundación Iter, preocupados por ofrecer a nuestros jóvenes la ayuda más eficaz posible, tratamos de mantenernos actualizados para así, poder ofrecer una formación que genere un valor añadido y diferencial en su vida laboral.

De esta manera, hemos añadido a las formaciones herramientas como Tutellus, Smartick ó Duolingo, que permiten aprender en el entorno online capacidades básicas como son las matemáticas o el inglés. Otras como Cornerjob, para ayudarles a buscar empleo de manera rápida y sencilla tras finalizar su formación en la Fundación. O charlas en las que testimonios del mundo de internet y el emprendimiento hablan a nuestros chicos de las oportunidades y casos de éxito que puede generar el entorno digital.

El mundo está cambiando, no podemos obviarlo, por ello en la Fundación ITER cumplimos la famosa frase de Unamuno “Renovarse o morir”. Y esto no sería posible, sin el ecosistema de voluntarios (particulares y empresas) con el que contamos y que por suerte, va creciendo día a día.